Superhéroes: de Superman a las Supernenas
La tercera y última actividad. Lo pasé muy bien haciéndola pero fue una pena que no pudiera profundizar demasiado por limitaciones de espacio. De Superman debo decir que no sólo mandó soldados a la guerra. Últimamente le hemos visto en campañas contra las mina antipersona y, más recientemente, junto a la sin par Wonder Woman, en condiciones lamentables luchando contra el SIDA, lo cual le honra muchísimo.
En la imagen, Ororo y Logan.
Las series sobre los superhéroes clásicos suelen regresan a las pequeñas pantallas en forma periódica. Asimismo, en algunos momentos críticos de la vida pública surgen nuevas series con superhéroes. Ejemplos de ello son El Increíble Hulk, Los Super Amigos e incluso el bonachón Super Mario Bros. Con la ayuda de vuestros niños, elaborad una lista de los superhéroes actuales. Elegid alguno de ellos, retratadlo y buscad datos que lo relacionen con el contexto socio-económico y cultural que lo vio nacer.
El primer gran superhéroe de dibujos animados que la memoria colectiva recuerda es, sin lugar a dudas, Superman. Y no sólo eso. Él es el arquetipo clásico de superhéroe tan bueno como fuerte, tanto que decir Superman es casi como decir un sinónimo de superhéroe. Superman nace en 1938, es decir, al mismo tiempo que en Estados Unidos se despierta la conciencia propia de potencia mundial. Él representa la lucha de la fuerza por el bien supremo, como el ideal de la patria norteamericana. Los superhéroes siempre se han relacionado en su época dorada con el espíritu de lucha bélico. Es perverso pero cierto decir que probablemente el hombre de acero convenció a más voluntarios para ir a luchar a la Segunda Guerra Mundial que el Tío Sam.
Los superhéroes clásicos encarnaban la lucha violenta de los buenos contra los malos y esta tendencia aumentó durante la Guerra Fría, en la que podemos ver a los 4 Fantásticos luchando contra el Fantasma Rojo, un enemigo comunista verdaderamente siniestro que controlaba a los Supersimios. El súmum de los ideales patrios lo encontramos en el Capitán América, cuyo poderoso escudo es el arma defensiva más poderosa de todo el universo Marvel. Todo él es una bandera musculada, representa todas las virtudes con las que los patriotas adornan a su país: es honesto, valiente, tiene carisma y es un buen líder. Dirige el supergrupo más prestigioso de los héroes en mallas: Los Vengadores. Además es un supersoldado con poderes, todo un ideal militar listo para combatir.
Sin embargo, estos superhéroes con esta dicotomía tan definida entre el bien y el mal dejaron paso a unos personajes duales en sí mismos, con unos conflictos morales muy profundos y de procedencias muy diferentes.
El primer supergrupo famoso que apostó por la diferencia de culturas con unas personalidades marcadas y realmente diferenciadas fue la Patrulla X. Los primeros Hombres X eran todos anglosajones: el Hombre de Hielo, la Bestia, Cíclope y la Chica Maravillosa (una sola chica, la chica del grupo). Estos personajes creados por Stan Lee y Jack Kirby planteaban una diferencia muy interesante de los anteriores héroes en mallas.
¿Y si la gente temiera a los superhéroes por ser peligrosamente poderosos? La Patrulla X parte de un mundo en el que hay personas mutantes que nacen diferentes, con poderes extraños y eso crea rechazo entre las personas normales. Los superhéroes dejan de ser justicieros adorados para ser odiados, víctimas de un exacerbado racismo pero aún así luchan por la paz entre los mutantes y los que no lo son.
En este conflicto social perfectamente aplicable al mundo real (donde pone mutantes, escríbase el nombre de cualquier minoría asediada), los villanos dejan de ser malos malosos que quieren conquistar el mundo por pura perversión sino que tienen motivos de peso. Por ejemplo, Magneto es un mutante, víctima de los nazis (estuvo prisionero en un campo de concentración en el que asesinaron a sus seres queridos) que odia a la Humanidad por la tortura racista que sufrió y tiene como objetivo la libertad de los mutantes oprimidos y el castigo para quienes doblegan a los suyos.
Llegan los años 70 y, con ellos, el auge del supergrupo mutante. Se incluyen nuevos miembros de nacionalidades muy diferentes (como Coloso, un ruso de la URRS soviética que en un principio duda si usar sus poderes en favor de la humanidad o del régimen comunista), entre ellos mujeres de carácter fuerte, como Tormenta, una mujer africana y probablemente la superheroína negra más notoria y trascendental. Tiene un espíritu libre y mucha sensatez, lo que le lleva a convertirse en líder del grupo. A partir de este nuevo grupo mutante, el público femenino empezó a interesarse por este tipo de superhéroes, de los que se han realizado numerosas series de dibujos animados que se continúan renovando y, por supuesto emitiendo con gran éxito.
El creciente interés de este público femenino como un mercado nuevo de este tipo de dibujos animados, así como los crecientes cambios del papel de la mujer en la sociedad, explican el boom actual de superheroínas.
Algunas son ambiguas en cuanto a sus buenas intenciones, como Catwoman pero todas (Lara Croft, Xena, Elektra ) coinciden en varios puntos muy importantes. Son atractivas, inteligentes, aventureras y luchan por ideales personales profundos más que por valores absolutos (como la justicia infinita de Superman, por ejemplo). Son la chica ideal del público masculino que las sigue y el modelo a imitar del femenino que las adora. Curiosamente, muy pocas de ellas trabajan en grupo. Esto sólo se puede apreciar en algunas series como Sailormoon, las Totally Spies o las Supernenas, orientadas a un público más infantil y en las que se ensalza la amistad femenina como el primer valor a defender.
Los nuevos superhéroes son más humanos, dudan, se equivocan, tienen defectos y problemas de dinero o familia, como Spiderman. Parece ser que los últimos tiempos vienen marcados por el girl power y la cercanía de los personajes, probablemente por la resituación del papel de la mujer en la sociedad y un auge del individualismo.
En la imagen, Ororo y Logan.
Las series sobre los superhéroes clásicos suelen regresan a las pequeñas pantallas en forma periódica. Asimismo, en algunos momentos críticos de la vida pública surgen nuevas series con superhéroes. Ejemplos de ello son El Increíble Hulk, Los Super Amigos e incluso el bonachón Super Mario Bros. Con la ayuda de vuestros niños, elaborad una lista de los superhéroes actuales. Elegid alguno de ellos, retratadlo y buscad datos que lo relacionen con el contexto socio-económico y cultural que lo vio nacer.
El primer gran superhéroe de dibujos animados que la memoria colectiva recuerda es, sin lugar a dudas, Superman. Y no sólo eso. Él es el arquetipo clásico de superhéroe tan bueno como fuerte, tanto que decir Superman es casi como decir un sinónimo de superhéroe. Superman nace en 1938, es decir, al mismo tiempo que en Estados Unidos se despierta la conciencia propia de potencia mundial. Él representa la lucha de la fuerza por el bien supremo, como el ideal de la patria norteamericana. Los superhéroes siempre se han relacionado en su época dorada con el espíritu de lucha bélico. Es perverso pero cierto decir que probablemente el hombre de acero convenció a más voluntarios para ir a luchar a la Segunda Guerra Mundial que el Tío Sam.
Los superhéroes clásicos encarnaban la lucha violenta de los buenos contra los malos y esta tendencia aumentó durante la Guerra Fría, en la que podemos ver a los 4 Fantásticos luchando contra el Fantasma Rojo, un enemigo comunista verdaderamente siniestro que controlaba a los Supersimios. El súmum de los ideales patrios lo encontramos en el Capitán América, cuyo poderoso escudo es el arma defensiva más poderosa de todo el universo Marvel. Todo él es una bandera musculada, representa todas las virtudes con las que los patriotas adornan a su país: es honesto, valiente, tiene carisma y es un buen líder. Dirige el supergrupo más prestigioso de los héroes en mallas: Los Vengadores. Además es un supersoldado con poderes, todo un ideal militar listo para combatir.
Sin embargo, estos superhéroes con esta dicotomía tan definida entre el bien y el mal dejaron paso a unos personajes duales en sí mismos, con unos conflictos morales muy profundos y de procedencias muy diferentes.
El primer supergrupo famoso que apostó por la diferencia de culturas con unas personalidades marcadas y realmente diferenciadas fue la Patrulla X. Los primeros Hombres X eran todos anglosajones: el Hombre de Hielo, la Bestia, Cíclope y la Chica Maravillosa (una sola chica, la chica del grupo). Estos personajes creados por Stan Lee y Jack Kirby planteaban una diferencia muy interesante de los anteriores héroes en mallas.
¿Y si la gente temiera a los superhéroes por ser peligrosamente poderosos? La Patrulla X parte de un mundo en el que hay personas mutantes que nacen diferentes, con poderes extraños y eso crea rechazo entre las personas normales. Los superhéroes dejan de ser justicieros adorados para ser odiados, víctimas de un exacerbado racismo pero aún así luchan por la paz entre los mutantes y los que no lo son.
En este conflicto social perfectamente aplicable al mundo real (donde pone mutantes, escríbase el nombre de cualquier minoría asediada), los villanos dejan de ser malos malosos que quieren conquistar el mundo por pura perversión sino que tienen motivos de peso. Por ejemplo, Magneto es un mutante, víctima de los nazis (estuvo prisionero en un campo de concentración en el que asesinaron a sus seres queridos) que odia a la Humanidad por la tortura racista que sufrió y tiene como objetivo la libertad de los mutantes oprimidos y el castigo para quienes doblegan a los suyos.
Llegan los años 70 y, con ellos, el auge del supergrupo mutante. Se incluyen nuevos miembros de nacionalidades muy diferentes (como Coloso, un ruso de la URRS soviética que en un principio duda si usar sus poderes en favor de la humanidad o del régimen comunista), entre ellos mujeres de carácter fuerte, como Tormenta, una mujer africana y probablemente la superheroína negra más notoria y trascendental. Tiene un espíritu libre y mucha sensatez, lo que le lleva a convertirse en líder del grupo. A partir de este nuevo grupo mutante, el público femenino empezó a interesarse por este tipo de superhéroes, de los que se han realizado numerosas series de dibujos animados que se continúan renovando y, por supuesto emitiendo con gran éxito.
El creciente interés de este público femenino como un mercado nuevo de este tipo de dibujos animados, así como los crecientes cambios del papel de la mujer en la sociedad, explican el boom actual de superheroínas.
Algunas son ambiguas en cuanto a sus buenas intenciones, como Catwoman pero todas (Lara Croft, Xena, Elektra ) coinciden en varios puntos muy importantes. Son atractivas, inteligentes, aventureras y luchan por ideales personales profundos más que por valores absolutos (como la justicia infinita de Superman, por ejemplo). Son la chica ideal del público masculino que las sigue y el modelo a imitar del femenino que las adora. Curiosamente, muy pocas de ellas trabajan en grupo. Esto sólo se puede apreciar en algunas series como Sailormoon, las Totally Spies o las Supernenas, orientadas a un público más infantil y en las que se ensalza la amistad femenina como el primer valor a defender.
Los nuevos superhéroes son más humanos, dudan, se equivocan, tienen defectos y problemas de dinero o familia, como Spiderman. Parece ser que los últimos tiempos vienen marcados por el girl power y la cercanía de los personajes, probablemente por la resituación del papel de la mujer en la sociedad y un auge del individualismo.
3 comentarios
franci -
Pero si te metes en la pagina web international superhero hay muchos mas de este tipo, que incluso hoy siguen exponiendo la temática de primero sobrevivir y después hacer lo que creemos que es correcto.
Avisarle tambien al del texto, que Catwoman no se puedeclasificar, a veces es buena, y otras mala.
EConde -
Saludos
elfriqui -
;)