Secuestro de El Grito y la Madonna

La noticia adquiere tintes egoístas por mi parte porque, al igual que para muchísimas personas, El Grito es una de mis obras preferidas y deseaba verla en vivo alguna vez en mi vida. Sí, nos podemos indignar pero hay que admitir que el atraco ha sido realmente de película: a mano armada, dejando los marcos tirados por una calle de Oslo y la espectacular huida en un Audi negro. Espero que la recuperación de las obras, aunque no sea tan emocionante, sea rápida y efectiva. En la imagen, la Madonna, menos conocida que El grito pero también de una belleza intensa y opresiva.
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